Domingo, marzo 20, 2011 - Segundo Domingo de Cuaresma
Primera Lectura: Génesis 12:1-4Salmo Responsorial: Salmo 33:4-5, 18-20, 22
Segunda Lectura: II Timoteo 1:8-10
Evangelio: Mateo 17:1-9
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Por otro lado el texto también dice “Y sé tu una bendición” Nos llama a ser un milagro para otros, que a través de nosotros se puedan producir cambios. Así mismo en este proceso Dios nos promete su acompañamiento. Para ello se requiere de una Fe que te impulsa.
El Salmo nos habla de la esperanza, de esperar en su amor.
“Es mucho menos lo que sabemos que la gran esperanza que sentimos”
Pero solo el que tiene Fe cree, espera, a confía.
¿Cómo sabes tú que Dios te ha escogido para vencer la muerte?
En la lectura de Timoteo nos señala como a Dios invoca, nos invita sin importarle necesariamente nuestros méritos o nuestras obras, sino por determinación de él mismo y por Gracia. Esto es un mensaje nuevo que trae Jesús al pueblo judío y al pueblo cristiano en general. También Y Reafirma que es Cristo quien venció la muerte e hizo irradiar la vida. Seguir solamente la ley es una posición cómoda, simplemente tengo que hacer lo que me “dicen” que haga. Si hago B obtengo C. Pero el mensaje de Cristo no es este. Él nos pide un cambio, nos llama a la conversión.

Instalarse y no cambiar por comodidad
Estos pasajes nos hablan del cambio radical, de la Fe, de la conversión de dejar aquello a lo que estamos atados. Si lo miramos desde los signos de los Tiempos, nos hace reflexionar en relación al crecimiento económico que está teniendo nuestro país, el incremento del empleo, las inversiones etc. Toda esta situación de Bonanza fácilmente nos puede llevar a olvidar que estos beneficios no alcanzan más que a solo una parte de los peruanos.
